Qanjobal es también el nombre de la primera lengua de la nación maya Q’anjob’al.
Dicen que mucho antes de que los individuos Q’anjob’ales se originaron en los pantanos de la actual Chiapas, México, buscando tierras para asentarse.
Llegaron entonces a los buenos países de lo que hoy es Guatemala en la Sierra de los Cuchumatanes.
Como afirman los antiguos destinos arqueológicos locales consagrados en la región Qanjobal, los individuos Maya-Q’anjob’al tienen una historia.
Allí los individuos Maya-Q’anjob’al han moldeado su propia forma de vida, asociación social, idioma, conjunto, música, costumbres, horario agrícola, sagrado y lunar.
Se establecieron lugares consagrado y mesas de sacrificio para llevar a cabo los servicios. Con ellos interactúan con la naturaleza, con el universo y con las energías extendidas.
El pueblo maya qanjobal se encuentra en el norte de Huehuetenango, en la región guatemalteca conocida como Los Altos Cuchumatanes.
Se asentaron en San Juan Ixcoy, también conocido como paraíso escondido, (Konob’ Yich’k’ox’); San Pedro Soloma, Valle del ensueño ( Konob’ Tzuluma); Santa Eulalia, cuna de la marimba ( Konob’ Jolom Konob’) y Santa Cruz Barillas, (Konob’ Yalmotx).
Comparten otras etnias de la región, como los chuj, mam, ixiles y jacaltecos, lo que los relaciona no sólo geográficamente sino también en costumbres y forma de vida.
Este grupo étnico históricamente han vivido en la frontera.
Entre los q’anjob’ales asentados en Chiapas, México tienen como patrona a Santa Eulalia, se sigue celebrando su fiesta, aunque no en gran magnitud.
El éxodo del pueblo Qanjobal
Durante la época prehispánica se caracterizaron por comerciar con pueblos del actual sureste mexicano.
Por lo que, al establecerse los límites nacionales en el Tratado Internacional entre México y Guatemala en 1884, grupos q’anjob’ales quedaron en ambos lados de la frontera.
Cien años después, ocurrió un éxodo importante de q’anjob’ales guatemaltecos que se refugiaron en México por la guerra interna en su país.
La organización social entre los q’anjob’ales se practica la reciprocidad de diversas maneras.
Por ejemplo, con el trabajo de ayuda mutua, particularmente en la época de siembra.Para los q’anjob’ales la tierra es la que provee el elemento principal para la subsistencia.
El alimento, y aunque en apariencia ahora se puede vivir sin la tierra, ellos mantienen el espíritu de cultivarla para obtener el maíz, el café, el plátano, que son productos básicos.
La cosmovisión del pueblo maya q’anjob’al, creen que todo depende de un Dios: la vida, los animales, la lluvia, el sol, las estrellas, la luna, el fuego y la tierra.
Dentro de la comunidad hay ancianos rezadores, que realizan ceremonias en las cruces del pueblo.
En Soloma existen 10 cruces, a las que solamente oran los señores para pedir por el bienestar de la población; las señoras rezan al pie de una cruz en la iglesia católica.
Las enfermedades son atendidas por los Ajan, quienes tienen mucha experiencia en la curación y conocen una gran variedad de remedios tradicionales.
Redacción: Q’anjob’alita Watx’yili Any Pascual